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Mostrando las entradas de noviembre, 2020

Me quiero

Me quiero por lo que soy, Por lo que fui, Y por lo que seré. Me quiero Desde la forma más simple Hasta la más extraordinaria. Me quiero amándome. Me quiero porque me elijo Y en el acto de elegirme, Elijo quererme Eligiendo no elegir aquello que puede oscurecerme. Me quiero Conociendo mis templanzas y, por supuesto, Valorando mi autenticidad. Me quiero Porque ya suficientes Prometieron quererme. Pero nadie lo hizo, Tan solo yo puedo entenderme. 

Una noche bajo la luna

Recuerdo la última vez que Vi detenidamente la luna Estaba junto a vos. Si cierro los ojos, Aún puedo estar ahí.  No hacía frío ni calor, Era perfecto. Tan perfecto para qué tan sólo  baste estar tirados  sobre la frescura pasto, apreciando las estrellas. Aquella noche bajo luna de diciembre, Presencié en alma y hueso Mi mejor sueño cumplido. Fue la noche perfecta. Tan perfecta como para sentir la paz Del efímero momento  Al precipicio de la futura ausencia.

Volvi a soñarte

A esta altura me es raro verte. Me pregunto a mi misma si realmente quería hacerlo, o solo fue una forma de querer superarte. A cada palabra que decías, se le sumaba una misma duda una y otra vez: ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Acaso te detuvo el miedo? ¿O la cobardía? Tal vez sabías que ese era el fin y decidiste hacerlo por sobre todo el daño que ibas a ocasionar. No te entiendo, tampoco te conozco y tan poco logre conocerte. Pero si reconocí, dentro del sueño, a esa persona de la alguna vez logré enamorarme. Llevabas la mejor cara de decepción que podrías tener, aunque me admitías que no te arrepentías. Todavía tenías una misera intención de que vuelva -como una de todas las veces que lo he hecho-, con la diferencia de que esta vez lo darías todo. Aún así, me pediste perdón por el dolor causado. Ahí si entendí. Entendí que ese no eras vos, entendí que solo era un sueño. En ese momento me di cuenta que simplemente estaba soñando con una ilusión que me hubiese gustado pres

12/11

 Me enfoque en dejarlo pasar, que el que ya no estés no sea un dolor, sino un avance para ser mejor.  Venia bien, perfecta. Tanto como para en el pedestal ponerme a reinar solo a mí. Pero casi cerca de las doce, mi cuerpo comenzo a extrañarse y en mi cabeza millones de recuerdos lograron despertarse. La emoción por la sorpresas, las cartas y todo el amor queriendo expresarte, sin contar los te amo, las videollamadas con noches de peliculas hasta la madrugada y las canciones que solía dedicarte... ¿Cómo es que ahora no hay nada? Extraño verme enamorada, extraño poder desearte todo lo mejor y emocionarme por tu cumpleaños. Pero para mi suerte, ya decidiste hace rato y me perdiste por giladas.