Podría pasar años
mirando y admirándote,
por días,
por tardes,
por noches. 

Quizás me costaría
el tiempo en vida,
pero no me preocupa
si es que en vos veo 
la vida misma. 

Tan callado y ruidoso;
de silencio armonioso y
de miradas seductoras. 

Podría pasar una 
eternidad mirándote 
o simplemente 
escuchando el ruido
de tu voz. 

Y te juro, amor,
que no me cansaría.
Aprendí a valorarte
y disfrutar
de tu buena compañía.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Voces.

Última partida

Tu último recuerdo