A esta altura hasta la luna perdió la cuenta de todas las veces que le hable sobre vos. 

Ya perdí la cuenta de todas las veces que me encontré en el patio de casa pensando en nosotros y todo lo que fuimos. 

Ya perdí la cuenta de cada una de las madrugadas que esperé que algo cambiara, pero esperando me quedé mientras riendo esperando que me de cuenta estabas vos. 

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