Viejas tardes de soledad

 Aún con el corazón roto y el alma en la mano puedo decirte que todavía te quiero. 
Sí, todavía te quiero a pesar de que me hayas partido en dos.
Descubrí que mi cariño por vos siempre fue infinito. Creo que después de mil peldaños, portazos, mil llantos y ruido, siempre estuve ahí. 
Me pregunto si aún pensarás en mi. ¿Te sentaste a pensar en los momentos que pasamos juntos alguna vez? ¿A caso el recuerdo de mi sonrisa no te hacia pensar? quizás ya mi voz no resuena dentro de tuyo. 
¿Por qué la tuya sí sigue resonando en mi cabeza? En las tardes de soledad me encontré riéndome de los viejos chistes internos que algún día tuvimos "Pol qué? No hay polque".  y tu voz junto a tu risa automáticamente vuelve a darme vueltas como la primera vez que la escuché. 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Voces.

Última partida

Tu último recuerdo