En tiempo de virus.



"El mundo está difícil afuera" escucho decir últimamente. 
No sé si creerles, no puedo creerles pero aún así, respondo con una sonrisa. El fingir que estoy de acuerdo -cuando no- cada día se hace más habitual. Si les llego a contar que rio por el mismisimo hecho de saber que, lo que hay afuera, no es más que una pequeña brisa transparente. Creo que no podría soportar sus miradas o quizá sus pensamientos representados en quejas.

"Quedarse adentro es más seguro." - advirtieron incontables veces en la semana. No paro de ver a todos preocupados (en exceso). Quisiera decirles que aquello que los va a matar no es precisamente el virus, sino -peor aún- su preocupación.

"Llego el invierno. No olviden abrigarse, la situación podría empeorar"- Esperen, ¿Acaso no estábamos en él hace unos largos meses ya?. 

Todo parece tan cercano que hasta hace un tiempo me creí que estábamos en el mismo lugar. Pero entiendo que no fue más que una simple ilusión; desde acá arriba, todo parece ser más confuso. 

Señora, ¿Me podría hacer un favor? Programe una alarma, para cuanto antes mejor. 
Comienzo a pensar de que es hora de que comience a despertar.




























Comentarios

Entradas más populares de este blog

Voces.

Última partida

Tu último recuerdo